Imagen: Pedro Venancio
Debido
a que estamos frente a un nuevo ciclo escolar es importante recordar
que también para los chicos es un reinicio y esperan, quizá no con
impaciencia, llegar a las aulas a vivir nuevas aventuras. Como docentes
es importantísimo renovarnos porque si queremos que las y los
estudiantes se interesen y si recordamos que nuestro compromiso es
formar el futuro y presente del país, debemos salir de nuestra 'zona de confort' empezando a dar lo mejor de nosotros.
Sírvanse comprender las siguientes recomendaciones:
1) Facilitador: somos facilitadores de la educación, no un 'maestro' que pone trampas a sus alumnos con la estúpida idea que "es mejor maestro al que le pierden más alumnos". Tampoco lo sabemos todo y por eso, cuando no conozcamos la respuesta, seamos sinceros y aceptemos que es así.
2) Psicólogo: lo importante es la mente del educando, estudiar su mente para encontrar mejores salidas y descubrir cómo es que aprende tiene que ser algo constante y, como un buen psicólogo, debe saber escuchar: les sorprenderá saber cuántas cosas se aprenden si les dedicamos tiempo a escuchar (sin juzgar).
3) Jueces: no somos jueces. No podemos juzgar y tachar a un estudiante de 'haragán' si no conocemos sus procesos de vida. Nos pagan para que enseñemos letras y números no para que dictemos bueno y malo.
4) Pedagogos: recordemos que existen 8 tipos de inteligencias. No usar el mismo método del año pasado o el que nuestros maestros usaron con nosotros hace décadas. Para saber cuántos métodos y técnicas necesitamos aplicar, elevemos exponencialmente las 8 maneras en que funciona el cerebro por el número de alumnos que tenemos.
5) Verdugo: no somos inhumanos. Un buen maestro sabe, en primer lugar, que no es una sola materia la que los estudiantes cursan; luego atiende que cada individuo tiene vida social y experiencias por adquirir lejos de las tareas, así que este año dejen menos trabajos para el hogar y aprovechen el tiempo en clase donde sí se puede comprobar que los alumnos están aprendiendo.
6) Flexibilidad: no hay que ser tan rígidos con las tareas o ejercicios. Todos fuimos estudiantes y aunque algunos decidimos ser más haraganes o más responsables que otros, todos fallamos. ¿Acaso no se nos han olvidado los planes? ¿Acaso no nos hemos descuidado alguna vez? "Que tire la primera piedra quien esté libre de pecado".
7) Ejemplo: no sé si ya se dieron cuenta pero los alumnos hacen poco caso a lo que decimos, contrario a eso, copian todo lo que hacemos. Cambiemos las botellas y latas de licor por libros y tecnología.
8) Motivador: aunque no lo digan, para ellos somos una especie de héroes, así que como tal, debemos ser fuente de motivación para que ellos descubran sus metas y quieran llegar a ellas.
9) Científico: el maestro es un científico en busca de la verdad, así que haga pensar a sus alumnos, conviertan cualquier curso en laboratorio de ciencias, válgase del método científico para que los alumnos aprendan. Recuerde que hay que facilitar las cosas, no esconderlas. ¿No puede hacerlo? Señal de que no está pensando lo suficiente.
10) Vocación y apostolado: finalmente esto de enseñar es más que ganarse un cheque, porque si le pusiéramos precio a lo que hacemos nadie lo pagaría. Esto se trata de vocación no de cuentas bancarias, se trata de amar lo que se hace y si ama, no sentirá las horas de trabajo.
Sírvanse comprender las siguientes recomendaciones:
1) Facilitador: somos facilitadores de la educación, no un 'maestro' que pone trampas a sus alumnos con la estúpida idea que "es mejor maestro al que le pierden más alumnos". Tampoco lo sabemos todo y por eso, cuando no conozcamos la respuesta, seamos sinceros y aceptemos que es así.
2) Psicólogo: lo importante es la mente del educando, estudiar su mente para encontrar mejores salidas y descubrir cómo es que aprende tiene que ser algo constante y, como un buen psicólogo, debe saber escuchar: les sorprenderá saber cuántas cosas se aprenden si les dedicamos tiempo a escuchar (sin juzgar).
3) Jueces: no somos jueces. No podemos juzgar y tachar a un estudiante de 'haragán' si no conocemos sus procesos de vida. Nos pagan para que enseñemos letras y números no para que dictemos bueno y malo.
4) Pedagogos: recordemos que existen 8 tipos de inteligencias. No usar el mismo método del año pasado o el que nuestros maestros usaron con nosotros hace décadas. Para saber cuántos métodos y técnicas necesitamos aplicar, elevemos exponencialmente las 8 maneras en que funciona el cerebro por el número de alumnos que tenemos.
5) Verdugo: no somos inhumanos. Un buen maestro sabe, en primer lugar, que no es una sola materia la que los estudiantes cursan; luego atiende que cada individuo tiene vida social y experiencias por adquirir lejos de las tareas, así que este año dejen menos trabajos para el hogar y aprovechen el tiempo en clase donde sí se puede comprobar que los alumnos están aprendiendo.
6) Flexibilidad: no hay que ser tan rígidos con las tareas o ejercicios. Todos fuimos estudiantes y aunque algunos decidimos ser más haraganes o más responsables que otros, todos fallamos. ¿Acaso no se nos han olvidado los planes? ¿Acaso no nos hemos descuidado alguna vez? "Que tire la primera piedra quien esté libre de pecado".
7) Ejemplo: no sé si ya se dieron cuenta pero los alumnos hacen poco caso a lo que decimos, contrario a eso, copian todo lo que hacemos. Cambiemos las botellas y latas de licor por libros y tecnología.
8) Motivador: aunque no lo digan, para ellos somos una especie de héroes, así que como tal, debemos ser fuente de motivación para que ellos descubran sus metas y quieran llegar a ellas.
9) Científico: el maestro es un científico en busca de la verdad, así que haga pensar a sus alumnos, conviertan cualquier curso en laboratorio de ciencias, válgase del método científico para que los alumnos aprendan. Recuerde que hay que facilitar las cosas, no esconderlas. ¿No puede hacerlo? Señal de que no está pensando lo suficiente.
10) Vocación y apostolado: finalmente esto de enseñar es más que ganarse un cheque, porque si le pusiéramos precio a lo que hacemos nadie lo pagaría. Esto se trata de vocación no de cuentas bancarias, se trata de amar lo que se hace y si ama, no sentirá las horas de trabajo.
Recuerden que esta es la única profesión que forma otras profesiones y si no están de acuerdo con lo que escribí, me gustaría que estuvieran de acuerdo con esta última sugerencia: HAGAN LA CLASE COMO A USTEDES LES GUSTARÍA RECIBIRLA.
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